domingo, 26 de febrero de 2012

SALMO 23

El Señor es mi pastor;
nada me falta.
En verdes praderas
me hace descansar,
a las aguas tranquilas me conduce,
me da nuevas fuerzas
y me lleva por caminos rectos,
haciendo honor a su nombre.

Aunque pase por el más oscuro
de los valles,
no temeré peligro alguno,
porque tú, Señor, estás conmigo;
tu vara y tu bastón
me inspiran confianza.

Me has preparado un banquete
ante los ojos de mi enemigos;
has vertido perfume en mi cabeza,
y has llenado mi copa a rebosar.
Tu bondad y tu amor me acompañan
a lo largo de mis días,
y en tu casa, Oh Señor,
por siempre viviré.