miércoles, 3 de agosto de 2016

CONSAGRACIÓN A LA PRECIOSA SANGRE DE CRISTO


Consciente de mi nada y de tu sublimidad, Misericordioso Salvador, me postro a tus pies y te agradezco por los innumerables pruebas de tu Gracia que te has dignado derramar en tan ingrata criatura. En especial te doy gracias por haberme liberado por  tu Preciosa Sangre del poder destructivo de satanás. 

En presencia de mi querida Madre María Santísima, mi  Ángel Guardián, mi Santo Patrono y de todas las Huestes Celestiales, me consagro voluntariamente y de todo corazón, oh Querido Jesús, a tu Preciosa Sangre con la que redimiste al mundo del pecado, de la muerte y del infierno. 

Te prometo, con la ayuda de tu gracia y con todas mis fuerzas, suscitar y promover la devoción a tu Preciosa Sangre, que es el precio de nuestra redención, para que tu adorable Sangre sea honrada y glorificada por todos. De  ésta forma quiero reparar mi deslealtad  a tu Preciosa Sangre de amor y ofrecerte satisfacción  por las muchas profanaciones que los hombres cometen contra el inestimable precio de su  salvación. 

Que mis propios pecados, mi frialdad y todos los actos irrespetuosos que haya cometido en el pasado contra Ti, oh Sangre  Santa y Preciosa, queden borrados. Mira, oh Querido Jesús, te ofrezco el amor, el honor y la adoración que tu Santísima  Madre, tus fieles discípulos y todos los Santos han ofrecido a Tu Preciosa Sangre. 

Te  pido olvidar mi anterior falta de fe y frialdad y te pido que perdones a todos los que  te hayan ofendido. Báñame, oh Divino Salvador, y a todos los hombres, con tu Preciosa Sangre, para que podamos, oh  Amor Crucificado,  amarte de ahora en  adelante con todo nuestro corazón y que honremos dignamente el precio de nuestra Salvación. Amén.

Bajo tu Amparo nos acogemos, oh Santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos de todos los peligros, oh Virgen Gloriosa y Bendita.